Recientemente me llegó un mensaje privado vía instagram pidiéndome que compartiera el siguiente artículo en mis redes, Guía para llegar a casa de un amigo o familiar cuando emigras sin molestar, recientemente compartido por @chamosenpanama. Leí el artículo y me pareció muy interesante pero me parece que le falta algo y es que siento que pone mucho peso en el que está llegando y no suficiente en el que lo está recibiendo así que decidí escribir este artículo donde comparto mi opinión al respecto y mi experiencia, y la de mis compañeros de casa, recibiendo a personas en nuestra casa. Espero les ayude.

La situación en Venezuela ya la conocemos todos y siendo cada día mas difícil reunir el dinero para emigrar muchos venezolanos se verán en la necesidad de pedir nuestra ayuda para venirse. Si bien muchos logramos hacerlo solos, otros no tienen la misma suerte y si está en nuestro poder ayudarlos de alguna manera debemos hacerlo pero hacerlo bien, con dignidad, sin desmoralizar al otro, sin exigencias poco realistas, y sin faltarle el respeto a quien necesita la ayuda. El hecho que estemos ayudando a alguien no nos da derecho a tratarlos como menos. Y sea la ayuda que sea estipulen los parámetros ANTES de que la persona salga de Venezuela.

1. HONESTIDAD ANTE TODO – no ofrezcas tu casa si no puedes. Si alguien te pregunta si puedes recibirlo se honesto. No olvides como fueron tus primeros días – la persona que llega necesita guía y si vamos a ayudar, no lo hagamos a medias. Tu conoces tu espacio, tu tiempo, y tu situación y por lo general conoces a la persona también. Se honesto contigo mismo y con la persona que solicita la ayuda.
2. ESTABLECE REGLAS – la comunicación es clave. Antes de decir que sí establece claramente que tipo de ayuda es la que puedes ofrecer y ayuda a tu amigo(s)/familiar(es) a estudiar bien la situación antes de acceder a ella. Determina con antelación cuánto tiempo la persona se puede quedar en casa- 3 días, una semana, un mes, etc. Si tendrá su cuarto o si dormirá en un sofá en la sala y lo que eso implica (mantener el área ordenada, apagar luz a cierta hora, usar audífonos, etc.). Comparte tu horario y cuánto tiempo le puedes dedicar a esa persona – si es una persona que necesita que la lleven de la mano quizás tu no puedas hacer eso. Conversen sobre las necesidades de cada uno. Y no tengas pena en decir que no puedes.
3. CONTRIBUCIÓN FINANCIERA – ayudan con los gastos o tu los asumes? Nuevamente me refiero al primer punto – ¿qué tipo de ayuda puedes ofrecer? ¿Solo la estadía? ¿Y los gastos de luz, gas, agua, wifi, etc? ¿Esos también? Saquen bien las cuentas. Si la persona está pidiendo ayuda o si tu decides ofrecerla puede ser porque los recursos que tiene son muy bajos o puede ser que simplemente quieres darle una ayuda que tu recibiste o quieres ahorrarle una plata al amigo/familiar. El motivo no importa, importa lo que tu puedes y además quieres hacer. Lo importante es no esperar a que la persona llegue para comunicarlo.
4. CUMPLE CON TU PALABRA – si ofreces ayudar a conseguir un lugar para vivir, acompañarlos a hacer tramites, hacer mercado, en fin… lo que sea, hazlo. Ya los que estamos acá quizás hemos creado nuestra red de apoyo pero para esa persona el único apoyo que existe eres tu – recomiendo poner a la persona en contacto con la gente de Manos Veneguayas donde puede ir conociendo a otros venezolanos y rápidamente crear un grupo de apoyo social y emocional. No olvides lo importante que es eso. Y no cambies las reglas a mitad de camino; ajustar si pero no cambiarlas. No le digas a alguien que se puede quedar un mes y luego a la semana que tiene que irse.

Mi experiencia: cuando yo llegué a Uruguay, llegué sola y sin conocer a nadie. NADIE! Antes de venirme hice una bonita amistad virtual por Facebook a quien conocí en persona aquí en Uruguay; ella y su esposo habían llegado un par de meses antes y las dos nos habíamos empapado de información sobre Uruguay y ella fue un gran apoyo para este blog compartiendo sus experiencias también (lee Viernes Sociales: para Uruguay por tierra CON NIÑOS!) – yo venía con un capital que me permitió llegar a un hotel y cuando me tocó mudarme me fui a una pensión a donde llegó el esposo de mi amiga. En esa pensión conocí gente muy linda que se han convertido en mi familia aquí en Uruguay y con quienes decidí alquilar una casa. Una de las razones por la cual queríamos mudarnos era porque sabíamos que estaríamos recibiendo visitas y algunas de esas visitas se estarían quedando en Uruguay así que establecimos cuatro reglas:

1. Todos asumíamos los gastos extra de la casa (luz, gas, agua, etc.) ocasionados por nuestros visitantes sin cobrarles alquiler. Es decir, les ahorramos ese gasto.
2. La o las personas debían quedarse en la habitación de su anfitrión y podían usar todas las cosas de la casa (lavadora, cocina, wifi, etc.). Es decir, eran de la casa.
3. Podrían quedarse en casa por un máximo de tres meses y/o hasta que encontraran trabajo y un lugar donde vivir.
4. La o las personas debían colaborar con la limpieza semanal de la casa (hay un horario).

Esto ha funcionado para nosotros sin problemas. En casi dos años que tenemos en casa hemos recibido a ocho personas, una mezcla de visitantes e inmigrantes, algunos por dos semanas y otros hasta dos meses. Nos da gusto poder ayudar a los que llegan a visitarnos o a quedarse en Uruguay. Entendemos lo difícil que es llegar a un nuevo país y aunque no tuvimos la misma ventaja, nos alegra poder ofrecer esa ayuda a nuestros amigos y familias.

Considero que una de las razones por la que esto ha funcionado es que primero, tenemos el espacio, el hacinamiento no contribuye a una buena convivencia. Si no tienes el espacio, no recomiendo hacerlo. Segundo, la tolerancia – nosotros no somos una familia, somos un grupo de nuevos amigos que nos hicimos amigos aquí; obviamente ocurren cosas que molestan pero las asumimos dentro del marco que establecimos. Ante todo hay un gran cariño y respeto entre nosotros y eso nos ha permitido convivir y ayudar a otros. Y tercero, la comunicación – las cosas hay que decirlas. Si sientes que algo no está bien no esperes que te saque de tus casillas. Hablando se entiende la gente y no olvides porque esa persona esta allí y tampoco olvides que para esa persona tampoco es fácil depender de ti mientras se instala aquí. Trabaja la empatía y sigue las reglas básicas de convivencia:

EVENTOS IMPREVISTOS: obviamente hay eventos imprevistos, puede que tu te quedes sin trabajo, o caiga alguien enfermo. Considero que la regla de oro es obrar con respeto, empatía y tolerancia. Recuerda que tu sabes mucho mas que ellos sobre como se vive aquí y ellos no pueden aprenderlo todo de un día para otro – tu tampoco pudiste. Paciencia y mucho cariño. Respira profundo y cuenta hasta diez antes de tomar decisiones. En estos casos habrá que revisar los parámetros iniciales y hacer ajustes.

Y tu, inmigrante, tu amigo/a o familiar no puede aprender y hacer todo por ti. Es tu responsabilidad moverte, buscar independizarte y salir adelante en este país. En la medida de tus posibilidades haz la convivencia tan llevadera como sea posible. Tu anfitrión está feliz de verte – de tener un pedacito de Venezuela cerca y de poder ayudarte – no le montes cargas, ayúdalo a llevarlas.

Finalmente, les recomiendo este artículo de una emigrante venezolana en Alemania que habla sobre la convivencia de varias familias en una misma casa – mucho mas complicado el asunto. Si tu eres parte de una familia que emigra y se quedará con otra familia recomiendo que lo lean.

Como manejar la convivencia entre dos familias en una misma casa

Un beso, Antonieta. Pueden dejar en los comentarios sus  preguntas, recomendaciones, y propuestas o escribir a venezolanosenuruguay@gmail.com